“Debajo de la quietud, de la maestría tipo Zen de los arpegios y de las notas cristalinas seleccionadas a la perfección, existe una furia, un lado explosivo, como lo he comprobado más de un par de ocasiones. Nunca te involucres en una pelea con un hombre que se gana la vida a través de la coordinación perfecta entre la vista y la mano”